Terapia Individual




Som Cos  es la propuesta que hago de terapia individual, donde el protagonista, es el cuerpo y sus mensajes. La terapia tiene una mirada gestáltica y se sirve del cuerpo, como vía rápida para conectar contigo mismo en profundidad. A partir de aquí, se crea el ambiente idóneo para empezar un trabajo de revisión y de liberación en las diferentes dimensiones que conforman la persona: 

corporal, emocional y mental. 





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La dimensión corporal:

El trabajo con tu cuerpo es de vital importancia, puesto que en él quedan imprimidas las experiencias vitales no resueltas, en forma de tensiones musculares. Estas se cronifican con el tiempo, creando la Coraza Muscular. Son tensiones muy variadas que afectan entre otros a: cabeza, ojos, mandíbulas, cervicales, hombros, espalda, diafragma, lumbares, piernas, etc... 
La finalidad de las tensiones, es de: disminuir nuestras emociones, controlarlas y controlar la expresión a través del cuerpo. Para sostener esta Coraza es necesario mucha energía, que después no está disponible para la vida. 

El trabajo sobra esta dimensión, nos aporta: vitalidad, energía, movimiento. 





La dimensión mental:

La estructura psicológica de mi carácter siempre está presente, se ha formado en la infancia de los 0 a a los 7 años, como respuesta adaptativa y esta integrada por una serie de mecanismos de defensa que actúan a nivel inconsciente. En la etapa adulta ya no nos tenemos que defender porque tenemos la capacidad de poner límites de una manera consciente, si bien estos mecanismos de defensa siguen surgiendo como automatismos, generando una visión del mundo limitada que nos causa sufrimiento. Es necesario pues hacer una revisión de estos patrones limitantes. 

Els trabajo sobre esta dimensión, nos aporta: libertad, espontaneidad.







La dimensión emocional:

Un niño puede pasar de reir a llorar y a estar enfadado en menos de 5 minutos. Tú eres capaz de hacerlo?
Normalmente tenemos unas emociones que toleramos y otras que no. A partir de esto surge una anomalía en el fluir de las emociones, como una presa que obstaculiza el fluir del agua en un río. Nos vamos cerrando a las emociones que no nos gustan, pero esta presa también es una barrera para las que si nos gustan y para el amor. Si nos negamos a vivir la tristeza que llevamos dentro, el amor que seré capaz de vivir será menor y así nos vamos cerrando al fluir de la vida. Cuanto más limpio esté, más capacitado tendré para amar y disfrutar de la vida y menos propenso estaré a las enfermedades, muchas de las cuales, no son más que situaciones traumáticas no digeridas.

El trabajo sobra esta dimensión, nos aporta: la capacidad para vivir con amor y alegría





















Jaume Calafat 2017